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Yo, Alba Roca Vila

Soy Alba Roca Vila, tengo 31 años y vivo en Centelles, un pueblo que me ha visto crecer y que me ha enseñado a valorar la proximidad, la naturaleza y el calor de la comunidad .

Amante del arte en todas sus formas y expresiones: disfruto dibujando, bailando, cantando y dejándome cautivar por la magia de un buen teatro, de una película inspiradora, de una comida compartida con buena compañía en un restaurante recomendado, escogido previamente o improvisado o visitando nuevos lugares .

Para mí, el arte es una forma de conectar con la vida, de darle forma y sentido a las emociones, y de expresar lo que las palabras a menudo no pueden decir.

Soy maestra de primaria, un trabajo que me gusta mucho y que me permite, en la medida de lo posible, acompañar a niños en su camino de aprendizaje, creatividad y descubrimiento personal.

La curiosidad y las ganas de aprender constantemente forman parte esencial de quien soy, y por eso nunca dejo de formarme ni de buscar nuevas formas de entender el mundo y las personas.

Mi trayectoria profesional y personal está profundamente vinculada al autocrecimiento propio. Tengo un Máster de Arteterapia, una formación que me ha permitido unir mis dos grandes pasiones: el arte y la conexión emocional. En breve finalizo el segundo curso de la Formación en Terapia Gestalt en el Instituto Espai Per Tu de Granollers, un proceso intenso y transformador que me está ayudando a profundizar en el autoconocimiento, en la presencia, en el aquí y ahora, en la escucha activa y en el respeto por los ritmos y las diferencias que cada uno presenta. Además, actualmente estoy cursando un Máster de Terapia Sistémica Familiar, que me está aportando una visión más amplia sobre las dinámicas humanas, las relaciones y todo lo relacionado con el linaje familiar.

 

Desde siempre he tenido una conexión muy especial con la naturaleza y los animales, hasta hace relativamente poco demasiado indagada. Éstos son para mí una fuente de calma e inspiración. En el silencio y la calma del bosque o en la mirada de un animal encuentro una sabiduría sencilla y profunda que me enriquece y me ayuda a mantenerme en equilibrio.

 

También me acompaña, desde pequeña, una gran hipersensibilidad, que estoy aprendiendo a vivir como un regalo. Esta capacidad hace que pueda percibir detalles que quizás por otras personas pasarían por alto, a tener mucha empatía y una percepción distintiva que me permite comprender mejor las emociones propias y ajenas. Así como me ayuda a acompañar procesos de sanación y crecimiento personal con sensibilidad, presencia y respeto.

 

Creo que cada persona tiene en su interior la semilla de su propia transformación, y mi propósito es ofrecer espacios donde esta semilla pueda florecer, a través del arte, la ternura, la palabra y la conexión humana .

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